Las novedades fiscales para 2025 incluyen importantes cambios en el Impuesto sobre Sociedades, el IRPF y la introducción de nuevos tributos que obligarán a empresas y contribuyentes a ajustar sus estrategias financieras para minimizar su carga tributaria y aprovechar las oportunidades que ofrecen las nuevas normativas.

Tipos Impositivos por Tamaño Empresarial
Los tipos impositivos del Impuesto sobre Sociedades para 2025 presentan una estructura escalonada según el tamaño de la empresa. Las micropymes (facturación menor a 1 millón de euros) tributarán al 21% por los primeros 50.000 euros de base imponible y al 22% por el resto, con reducciones progresivas hasta alcanzar el 17% y 20% respectivamente en 2027. Las pymes (facturación entre 1 y 10 millones) aplicarán un tipo del 24% en 2025, que disminuirá gradualmente hasta el 20% en 2029, mientras las empresas emergentes y de nueva creación mantendrán el tipo reducido del 15% durante los primeros cuatro períodos con base imponible positiva.
Para entidades de mayor tamaño, se mantiene el tipo general del 25%, con un mínimo global del 15% para grupos multinacionales con ingresos consolidados iguales o superiores a 750 millones de euros, en línea con el Pilar II de la OCDE. Las cooperativas fiscalmente protegidas se beneficiarán de una reducción de tres puntos porcentuales sobre los tipos generales, y las entidades de reducida dimensión tributarán al 20% a partir del 1 de enero de 2025, con un régimen transitorio hasta 2028.
Incentivos Fiscales y Deducciones
Las empresas españolas podrán beneficiarse en 2025 de diversos incentivos fiscales, destacando la amortización acelerada para inversiones en vehículos eléctricos y energías renovables, que permite multiplicar por dos el coeficiente de amortización lineal máximo. Se mantiene la libertad de amortización para inversiones en autoconsumo energético y renovables hasta diciembre de 2025, con un límite de 500.000 euros. Adicionalmente, la reserva de capitalización mejora sustancialmente, aumentando del 15% al 20% el porcentaje de reducción en la base imponible por incremento de fondos propios, pudiendo alcanzar hasta el 30% si la plantilla media crece.
Otras deducciones relevantes incluyen el aumento del porcentaje por donativos a entidades beneficiarias del mecenazgo del 35% al 40% desde enero de 2024, y la ampliación de la deducción por I+D+i a la adquisición de activos intangibles generados por terceros. Para sectores específicos, se ha establecido una reducción temporal de los índices de rendimiento neto aplicables a actividades agrícolas y ganaderas afectadas por circunstancias excepcionales, ofreciendo un alivio fiscal a estos sectores particularmente vulnerables.

Obligaciones Formales
Las empresas deberán adaptarse a nuevas obligaciones formales en 2025, destacando la declaración de titularidad real en el modelo 200 del Impuesto sobre Sociedades y los ajustes en los plazos de presentación, que permitirán declarar entre el 1 y el 25 de julio (o hasta el 22 si el pago se domicilia). Se mantiene la limitación del 50% para la compensación de bases imponibles negativas en grupos fiscales, aunque con eliminación progresiva prevista.
Adicionalmente, se han introducido nuevos modelos de declaración (202 y 222) específicos para grupos fiscales y modificaciones en la presentación telemática. La facturación electrónica será obligatoria para todas las empresas y autónomos a partir del 1 de julio de 2025, requiriendo sistemas informáticos que cumplan los requisitos técnicos establecidos en el Reglamento de la Ley Antifraude, lo que implica la estandarización de formatos y la imposibilidad de modificar registros una vez emitidos
Recomendaciones Prácticas
Las empresas deberán revisar su estructura societaria y planificación fiscal para maximizar los beneficios de los nuevos tipos impositivos y deducciones disponibles en 2025. Es recomendable aprovechar los incentivos a la inversión sostenible antes de que finalicen los regímenes transitorios, especialmente en energías renovables y vehículos eléctricos que cuentan con amortización acelerada.
Para una gestión fiscal óptima, resulta fundamental adaptar los sistemas y procedimientos internos al cumplimiento de las nuevas obligaciones digitales, particularmente la facturación electrónica obligatoria desde julio de 2025. La consulta periódica a fuentes oficiales como la Agencia Tributaria y el asesoramiento especializado serán claves para evitar contingencias y aprovechar oportunidades como la nueva reforma de autoliquidación rectificativa, que simplifica la corrección de errores y facilita la regularización voluntaria.